La lavadora solo tiene unos años, pero ya se ha estropeado. A menudo, esto no tiene nada que ver con la tecnología ni el usuario, sino que se debe el agua que circula por las tuberías. Explicamos cómo el agua calcárea puede dañar electrodomésticos, como lavadoras, lavavajillas o calentadores, y cómo puedes evitar costosas reparaciones.
Cada día, cientos de litros de agua fluyen a través de las tuberías de una vivienda, algo especialmente problemático cuando el agua es dura. Como el agua dura presenta un alto contenido en sustancias formadoras de cal, cuanto más calcárea es el agua, más dura es. De acuerdo con los cálculos de BWT, se pueden arrojar anualmente hasta 60 kilogramos de cal a través de las tuberías de una vivienda unifamiliar. Si una parte se deposita, las tuberías pueden obstruirse y calcificar los electrodomésticos que conducen agua, lo que conllevaría consecuencias de un coste elevado. La presencia de cal en tuberías y aparatos puede provocar:
No solo los electrodomésticos pueden sufrir daños debido a la calcificación. Los depósitos de cal en las tuberías de agua caliente proporcionan un caldo de cultivo ideal para bacterias como la legionela. El ambiente húmedo y cálido también favorece su proliferación. Si se detectan bacterias en el agua potable, se debe desinfectar y, en caso necesario, renovar todo el sistema de abastecimiento de agua para evitar una nueva plaga de bacterias. La protección antical sostenible favorece la prevención y permite ahorrar mucho dinero en caso de emergencia.
Se recomienda ablandar el agua para proteger las tuberías y los aparatos contra la cal. Los descalcificadores, como los sistemas del BWT AQA Perla, extraen del agua las sustancias responsables de la dureza mediante un proceso de intercambio iónico y las sustituye por iones de sodio. De esta forma, se obtiene agua perla de gran suavidad a partir de agua dura, lo que protege tus electrodomésticos contra el desgaste prematuro debido a la cal y, por lo tanto, prolonga su vida útil.
Los sistemas del AQA Perla no solo pueden prolongar la vida útil de los electrodomésticos, sino que también pueden contribuir a hacerlos más rentables y eficientes desde el punto de vista energético. Esto se aplica especialmente a dispositivos que calientan el agua, como calderas o lavadoras, porque la cal prefiere depositarse en los lugares donde se transfiere el calor. Por lo tanto, los elementos calefactantes de la lavadora o los serpentines de calentamiento de la caldera son verdaderos "imanes de cal".
Los depósitos de cal dificultan la transferencia del calor, por lo que se necesita más energía. Una sola capa de cal de dos milímetros de grosor sobre los elementos calefactantes de la caldera o en el intercambiador de calor puede aumentar el consumo energético en un 20 %. El agua perla de gran suavidad tiene poca cal y garantiza que el calentamiento se realice de manera más eficiente y eso también beneficia al medioambiente.